LucioDuran.art

Una relación complicada con el ego

Gigante

La madre es la culpable de amamantar a la bestia, el padre, el responsable de que todo lo resuelva con silencio. Este ser dormita en la caverna enrejada, ve la felicidad solo en los paradigmas del azar, desconfía de sus propias fantasías y deseos, camina mirando hacia atrás. El éxito es el culpable de que nadie lo defina, la cobardía, responsable de lo amenazador. Este ente no discierne entre lo abstracto y lo concreto, entiende a la bondad como un cuidado paliativo, ahorca cualquier intento tan solo con palabras, ve al futuro solo para entenderlo. La negligencia es la causante de la renguera intelectual, el ego, responsable de que todos sus referentes se perciban fetichistas. Este elemento se pide permiso para decirse la verdad, acude a la histeria para ahuyentar a la crítica, interpreta al miedo como una forma de idolatrar, siente tranquilidad al salir de su propia casa. El fuego pierde oxígeno cuando lo ve llegar, las nubes eructan lluvia para lograr escapar, se estremece la confianza y se quiebra el valor, se quedan tiesos los sonidos, los vientos dejan de soplar, y aun así, tiene derecho a volver a empezar.

- Escrito en junio de 2022